Hace tres minutos… y a medida que me
acerco a la puerta siento que te extraño, sin embargo todavía no entro. Tres
minutos y una hora… y siento la ausencia de ti sentada al otro lado de la mesa
compartiendo la cena. Tres minutos, una hora y siete días… e inconscientemente
subo el brazo para abrazarte como si estuvieras sentada a mi lado como solías
hacer cuando mirábamos la tele. Tres minutos, una hora, siete días y un mes… y
me viro a hacerte una pregunta mientras me preparo para dormir y me doy cuenta
que ya no estas. Tres minutos, una hora, siete días, un mes y cinco años y
todavía no me acostumbro a tu ausencia, acostado aquí imagino que compartes mi
lecho, que tus labios me acarician como acostumbrabas hacer, siento el vacío en
el alma que dejaste en mi la ultima vez que hicimos el amor y mi corazón me
ruega que te siga, que lo ames otra vez. Tres minutos, una hora, siete días, un
mes y cinco años y tal parece una eternidad, tal vez otra vida y la realidad es
que no aprendo a estar sin ti, te amo y siempre te amare. Nada ni nadie se
compara a ti mi amor. Así, extrañándote intento llegar al minuto cuatro y no se
si superare el dolor que reina en mi alma cada instante de esta existencia que
es una tortura sin final. Ansío el roce de tu piel, los besos de tu boca, tu
risa encantadora, el tono de tu voz, tu olor, la expectativa de mirar mi futuro
en tus ojos, quiero volver atrás para disfrutarnos a plenitud como alguna vez
solíamos hacer. Cuatro minutos, una hora, siete días, un mes y cinco años pero
pronto volveremos a ser uno mi amor.
Jorge
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