Thursday, May 12, 2011

De Los Niños..

De Los Niños..



Cuando yo era pequeño no era mío el preocuparme de las cosas de la vida, pero si habían unas cuantas cosas que me perturbaban cuando estaba solo o en las noche al quererme dormir: Cuando mi abuela se enfermaba, por ejemplo, a mí me preocupaba que se fuera a morir ya que no tenía a nadie más (según yo) que se ocupara de mí. De vez en cuando oía ciertas conversaciones entre adultos que me hacían pensar en cosas no para niños, y entonces me entraba la preocupación; por ejemplo: si Estados Unidos atacaba el país, si un ciclón azotaba nuestra isla, si a mi hermana la hospitalizaban, si nos íbamos o nos quedábamos en Cuba y las consecuencias que eso traería, que si hay gente que roba, o mata o golpea sin razón, que si podíamos conseguir café para mi abuela, o malanga, u otra comida que ella solía mencionar a las vecinas sin percibir que yo la escuchaba.
Es horrible la preocupación en un niño, aunque por lo general no dura mucho ya que el sentido de atención es corto, pero si es recurrente. Causa dolor de estómago, falta de sueño, llanto y a veces hasta deseos de morirse uno para ya no pensar más en algo que uno, a pesar de ser pequeño y por serlo, no le encuentra solución ni salida.
Lo increíble es que esas cosas que como niño experimente, no se me han borrado de la memoria nunca, y han moldeado mi vida más que nada de maneras negativas en lo que en tomar decisiones se trata, ya que me paso el tiempo evaluando el significado, el resultado y las consecuencias que ciertas acciones pueden llegar a resultar. Incluyendo mis relaciones amorosas y hasta mi comportamiento en situaciones laborales.
Ahora, cuando ya soy por decirlo así un viejo, que ya mis hijas crecieron y que es muy tarde para corregir los tantos errores cometidos, es que he tenido el coraje de enfrentar ciertos asuntos que me han perturbado a través de los años y aunque no he llegado a términos con la mayoría de ellos, siento la necesidad de escribir sobre ciertos sentimientos y tal vez a alguien que suela leer mis palabras le ayude en cuanto la crianza de sus hijos o nietos.
La etapa de ser niños, ese tiempo maravilloso donde la inocencia predomina y la imaginación tiene alas propias, debía de ser sagrada y alimentada por los padres, abuelos, maestros y cualquiera que tenga la oportunidad de cuidar de un niño. Los problemas de adultos son eso mismo; “PROBLEMAS DE ADULTOS” y hay que ejercer ciertos cuidados y medidas para no informar ni incluir a nuestros inocentes  sobre cosas que ellos no tienen que enterarse y no pueden entender ni resolver.
En muchas situaciones de familia lo niños suelen echarse la culpa de los acontecimientos por los que los padres pasan y sufren, y ese sentimiento equivoco de responsabilidad y el dolor que lo acompaña, no debieran ser nunca parte del crecimiento emocional de ningún niño.
Existe una publicación bastante antigua que es una enciclopedia llamada “La Edad De Oro” haciendo referencia al tiempo de ser niño; y eso es lo que debía ser: debía ser la edad de oro, donde la imaginación reina, ya que todos somos lo que logramos imaginar, donde no hay critica sino guía de cómo hacer las cosas mejor, donde la mayor preocupación debía de ser escoger cual juguete usar. Amar a los hijos de manera incondicional es algo que la mayoría de las madres han logrado y sin embargo no es algo muy común en los padres, y lo debía de ser.
Yo no fui un padre excelente, se que pude haberlo hecho mucho mejor. Hay que saber admitir los errores y yo he cometido muchos, pero a la vez, no quiero que se siga repitiendo la historia. Ser padre va mucho más allá del depósito de esperma en una vagina.
Jorge

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